martes, 4 de diciembre de 2007

Reducen las enfermedades cardiovasculares.

Dicen que los frutos secos van bien para el corazón y otras partes de nuestro organismo, Veamos lo que he encontrado sobre este tema.

Los frutos secos apenas contienen agua, a diferencia de la fruta fresca, y más de un 50 por ciento de su composición está representada por lípidos, en concreto por: ácidos oleico (presente en almendras y avellanas) y linoleico (en las nueces).
En ambos casos se trata de grasas insaturadas que contribuyen a incrementar las tasas de colesterol bueno (HDL) y, por tanto, a mejorar la salud cardiovascular.El consumo moderado (un puñado) de nueces a diario reduce un 11 por ciento el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Otras ventajas de los frutos secos es su riqueza en fibra y vitamina E. Se ha comprobado su acción beneficiosa en problemas de estreñimiento, contra el que también juegan un papel positivo sus elevadas concentraciones de ácidos omega 3.
Respecto a la vitamina E, que se halla básicamente en las grasas vegetales, su alto contenido en ella permite que actúen como buenos antioxidantes, lo que significa que frenan el envejecimiento y deterioro celulares.
Son ricos en potasio, un mineral del que depende el buen funcionamiento del corazón; fósforo, calcio y magnesio. Este último mineral junto con la vitamina B6 también parecen tener relación directa con la resistencia del organismo al estrés.
Además representan una fuente de energía accesible y cómoda.
Son alimentos con un alto aporte calórico y por eso, aparte de que sea su época de maduración, se suelen tomar en otoño e invierno. Así, un puñado de frutos secos evitará que desfallezcamos ante una actividad física más o menos fuerte, ya sea deportiva o laboral.

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